China es hoy uno de los países con mayor influencia en el ámbito educativo a nivel global. Esta posición no se alcanzó por casualidad, sino gracias a una estrategia nacional enfocada en tres pilares: disciplina, tecnología y visión a largo plazo. De acuerdo con la UNESCO, China destina más del 4% de su PBI a la educación, invirtiendo en infraestructura moderna, formación docente especializada y programas de innovación académica.

Uno de los elementos más destacados del modelo asiático es su enfoque en la excelencia desde edades tempranas. El país promueve una educación exigente pero integral, que desarrolla tanto habilidades técnicas como valores de responsabilidad y compromiso social. A esto se suma el uso intensivo de tecnología en el aula: desde plataformas virtuales hasta inteligencia artificial, China prepara a sus estudiantes para los desafíos del siglo XXI.

Estos avances no solo mejoraron los resultados educativos. También transformaron ciudades enteras. Alrededor de cada centro educativo de calidad, surgieron barrios modernos, servicios públicos, transporte y espacios seguros. La educación, entonces, dejó de ser un tema exclusivo del aula y se convirtió en motor de desarrollo urbano.

Harley se inspira en este enfoque para aplicarlo en el contexto peruano. En regiones emergentes como Pucallpa, la empresa impulsa el desarrollo de centros educativos integrados, con tecnología, seguridad y conexión comunitaria. Así, no solo se brinda acceso a una formación de calidad, sino que se siembran las bases de un progreso sostenible que nace desde la educación.